Cualquier persona que tiene la oportunidad de trabajar con personas con grandes necesidades de apoyo debería tener la oportunidad de realizar este curso. No es que sea necesario que se realice otro, considero que se deberían “otros” muchísimos, me encantaría que todas las personas de mi organización tuvieran la oportunidad de aprender, conocer y descubrir todo lo que Carlos tiene que mostrar.
Llevo 14 años en la Entidad en la que trabajo, 14 años hace que descubrí un mundo diferente, muy ajeno aún a la sociedad y a muchos profesionales que nos formamos para trabajar con “discapacidad”. Admito que, en un primer momento, fue un bloqueo, un no saber por dónde empezar, por donde tocar, cómo hablar …
Hablar siempre ante la duda de hasta dónde llegaba su capacidad de entender mis palabras, esperar sus reacciones antes de tocar (yo me lo puedo permitir), esforzarme en entender el porqué de sus reacciones…
Quise formarme, buscar una forma de darles contenido a su tiempo: una frustración. Quise ir a otros Centros, donde también hubiese personas con grandes necesidades de apoyo, pero nada se acercaba a nuestra realidad.
Me volví loca viendo material de estimulación, pensando que esa era la vía para poder hacer cosas que podrían ser la solución para darles algo interesante, pero nada funcionaba. Y así pasaron los años, buscando cada vez cosas más caras y buscando, a la vez, subvenciones para poder pagarlas (no lo conseguí para todo y ahora pienso, menos mal). Nada tenía un resultado mínimo, una pequeña alteración en su mundo que me demostrara que ese estímulo estaba siendo interesante para la persona…. Hasta que llegó la oportunidad. Había escuchado hablar algo de la estimulación basal, pero mi concepción de la misma, antes de comenzar el curso, era totalmente errónea.
Al fin conocí a un docente que sabía y conocía personas con necesidades como las que tienen las personas con las que trabajo, que entendía las dificultades con las que nos encontramos en nuestro día a día, que ponía ejemplos a los que yo les ponía cara (por las similitudes). Y no solo eso, sino me dio ideas para trabajar con esas personas con las que, hasta ahora, me sentía en un callejón sin salida.
Y con técnicas simples, actividades basadas en el movimiento, en la respiración, en el contacto…, conseguí unas reacciones que en la vida me imaginaría, una conexión con la persona que no había logrado en 14 años.
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