Hace apenas unas horas pude compartir con mis compañeras del CDIAP esta poesía que conocí en 1996 de la mano de Mercé Simó, formadora de masaje infantil.
La excusa para retomar este texto fue la publicación del ejemplar de verano la revista de la Fundación Aspanide. Está pensado para hablar de la relación con los hijos. Con cierta distancia y matices, sin caer en un enfoque paternalista, se podría establecer alguna forma de paralelismo con la relación que establecemos con las personas con las que trabajamos.
Quizá alguien la encontrará demasiado simple, demasiado básica. Aun así, tengo el convencimiento que es tan básica como necesaria. No nos aporta nada nuevo, nada que no sepamos… pero es fácil que caiga en el olvido, presos de la «presión terapéutica». Aquí os lo dejo, con la esperanza que os sirva para volver a lo esencial en las relaciones humanas, especialmente cuando tenemos el encargo de la mejora del otro.
Tú y yo…
… Nos conocemos como extraños,
cada uno llevando consigo un misterio.
No puedo decir quién eres; puede que jamás te conozca del todo.
Pero confío en que eres una persona por derecho propio,
en posesión de una belleza y un valor que son los más preciados tesoros de la Tierra.
Así pues, te hago una promesa:
No te impondré identidades,
si no que te invitaré a convertirte en ti misma,
sin vergüenza ni temor.
Tendré abierto un espacio para ti en el mundo
y defenderé tu derecho a llenarlo con auténtica vocación
Pues mientras dure tu búsqueda
tienes mi lealtad…
Theodore Ploszak
Quizá esta podría ser la base de las relaciones humanas. Al menos con aquellas personas más cercanas. Y, por qué no, la base de la relación con nuestras hijas e hijos…
Transmitir que les amamos, seguramente, parte de cierta sensación de inseguridad: ¿cómo será en el futuro? Y, aun así, hacerles sentir nuestro apoyo a como son ahora. Entonces, sería saludable tener cada día 1 minuto para decirles, para hacerles saber que está bien como es. Que se merece nuestro amor por el mero hecho de haber nacido.
… Hacerles saber que está bien como es…
… Y esto no es fácil… Siempre hay mejoras en su conducta, en su comunicación, en su movimiento… que facilitarían su desarrollo y harían su vida más fácil y exitosa.
… Hacerles saber que está bien como es…
… Y esto también es posible… A veces tan solo tengo que tenerlo cerca, quizá abrazarlo, respirar y dejar pasar todo aquello que tenga que ver con el futuro. Aunque sea un minuto. Un minuto en el que yo esté disponible, sin querer cambiar nada.
Nada
Nada más que él y yo, nada más que ella y yo… ahora.
Dejando el futuro para otro momento.
Que el verano os traiga muchos minutos.
Minutos para llenar de ser y estar con vuestros hijos e hijas…
Con esas personas a quien amáis por el hecho de existir,
quien os ama por el hecho existir.
Noelia Ramos Castillo dice
Está bien cómo es… Implica tanto esta frase… Y en mi caso tanto por Aitor, pero sobretodo por Alex… Me ha encantado, gracias Carlos, por poner palabras a tantos sentimientos
Alexandra dice
Arrollada por las emociones al leerte… Qué manera de tocar en lo más hondo desde lo más simple. Tan complicado y tan necesario…justo así es. Mirarle y hacerle saber que «está bien como es…». Gracias Carlos.